Ideario Educativo de los Colegios de la Red CJ

Irradiación del Carisma y su Traducción Educativa

¿Qué es un Ideario Educativo?

Es el conjunto de principios que debe orientar nuestra vida y nuestro quehacer educativo, a la hora de elaborar proyectos, establecer prioridades, fijar metas y deducir los medios necesarios.

¿Qué contiene un Ideario Educativo?

Una determinada visión de hombre y de mundo, de lo religioso, de la educación; es decir, conforma el marco referencial de una institución:
Valores.
Estilo formativo.
Perfil de las personas que conforman la comunidad educativa.
Proyección social.

¿Cómo se estructura?

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¿Quiénes somos?
¿Qué proponemos?
¿A qué aspiramos?
¿Cómo lo realizamos?
¿Quiénes actuamos?
Ámbito de acción
Identidad
Permanencia

¿Donde radica la Identidad?

En la practica y en los modos de interacción entre las personas. Es decir, Modus Operandi, que se entiende como el sistema de vida que se instala en una comunidad.

¿Cómo transmitimos Identidad?

Desde la unidad entre los agentes educativos.

Para ello:
Se deben reconocer puntos de encuentro y trabajo en la misma dirección.
Que exista una auténtica identificación con el Proyecto, respetando las distintas sensibilidades.

Valores nucleares del Ideario de María Ward

Justicia
Verdad
Libertad
Son ideales que mueven a la acción y se aspira poseer.
Reflejan el alma de una institución desde la coherencia.

Nuestro Desafío en Comunidad

Discernir entre lo esencial y lo circunstancial del ideario espiritual de María Ward para saber donde debemos persistir.

Educar desde el carisma fundacional de María Ward

Significa transmitir valores y enriquecer a las nuevas generaciones.
Recrear lugares donde se establezca la educación de lo espiritual.
Trabajar en la perfección de la propia persona.
Suscitar el encuentro personal con Cristo.
Para María Ward esta palabra dista significativamente de su uso habitual.
“Estado de un alma enteramente entregada a su voluntad amorosa.”
Desde esta concepción Justicia significa entregarse generosamente a la Voluntad de Dios y responder afirmativamente a su llamada.
Es una forma de agradecimiento a Dios.
“Todo lo que no corresponde a la realidad es mentira”.
Educar en el valor de la veracidad significa el compromiso de comunicar siempre y, en cualquier circunstancia, la verdad. Articular un leguaje transparente.
Una persona es veraz cuando coincide la apariencia con el ser.
La verdad también es, según MW “hacer bien lo que tenemos que hacer, aun las cosas pequeñas y de la vida diaria”.
La verdad permite discernir entre pequeñeces y cosas de importancia.
“La verdad es la búsqueda del conocimiento de la voluntad de Dios; todo lo demás es mentira”.
La libertad es el desapego de las cosas y del ego.
En el dar habita la verdadera libertad.
Una persona es libre, cuando no obra conforme a sus intereses egocéntricos y actúa buscando solo el bien.

Valores que derivan de su vida

La discreción
El cuidado
La sinceridad
La serenidad
La equidad
La humildad
La confianza
La fidelidad

¿Cómo se transmiten los valores?

A través de la ejemplaridad
Se comunican mediante la misma existencia
Se patentizan en la vida práctica
La coherencia entre la palabra y la obra es fundamental en tal transmisión

La propuesta: Coherencia

Lo que realmente otorga valor al educador es la coherencia con lo que trata de vivir en su propia existencia.
Los valores que comunica a través de sus palabras.
El objetivo fundamental del instituto consiste en imprimir un carácter.

¿Cómo logramos el objetivo fundamental?

Mediante la coherencia, el discernimiento y el encuentro con Cristo
La vida es un proyecto, es un camino para llegar a Dios.
Pensar, sentir y actuar en la misma dirección.
Otorga la paz interior que permite el silencio, luchar por la perfección personal y captar la palabra de Dios
Como María Ward:
La llamada interior.
Proyecto.
Cristalización: el Instituto
Comprende la verdadera felicidad: liberación de todo cuanto limita y enajena al ser humano. La felicidad consiste en una entera disponibilidad y una aptitud para toda clase de obras buenas

Educar para la Felicidad

La felicidad es el estado de la libertad.
La felicidad se relaciona con el desapego y la práctica de la bondad.
La persona que actúa buscando el bien de los otros, experimenta dentro de si, el estado interior de la felicidad.
Ser feliz consiste en hacer felices a los otros.
Dos caminos:
El desapego
La práctica del bien
Lo esencial para alcanzar la felicidad es vivir conforme a la voluntad de Dios.

El trayecto a la Felicidad

El silencio: síntoma de una búsqueda de felicidad.
El diálogo: un instrumento al servicio del conocimiento de uno mismo y de la voluntad de Dios.
La lectura: clave espiritual.
La liturgia: desencadena el encuentro personal con Cristo.
La contemplación: fuente de interrogación y plataforma para trascenderse a sí mismo.
La oración: prepararse para atender la palabra de Dios y cumplir los proyectos que tiene para mi.
Descubrir a Dios en todas las cosas: la educación de lo espiritual. El mundo es expresión de Dios y como tal todo está referido directa o indirectamente a Él.
Estimular la vida interior: discernir la vocación, descubrir una vida de sentido, descifrar lo verdaderamente esencial.

Educar en el Instituto significa

Conocer a cada educando
Mantener una relación interpersonal permanente
Capacidad de detectar las potencialidades latentes
Educar desde la Gracia.
Cultivar la humildad y la discreción
Desarrollar un espíritu de innovación, el no conformarse con paradigmas impuestos socialmente
Alentar el deseo de hacer grandes cosas con la vida personal.
Fomentar la voluntad de no contentarse con los aspectos superficiales de la vida.
“No dejar pasar ningún día sin vencerte heroicamente a ti mismo”.

El Carácter Propio

Educar personalidades que luchan contra los obstáculos que le impiden “Ser” (llamado).
Espíritu de lucha por la perfección personal.
Alcanzar la plenitud de sus facultades abandonándose en Dios.
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